- 1 kg. de xoubas.
- 1 cebolla grande
- 1 tomate madurito
- 4 patatas
- pimentón dulce
- 1 vasito de vino blanco
- 2 hojas de laurel
- sal al gusto
- aceite de oliva
PREPARACIÓN:
A las xoubas les quitamos las cabezas y la tripa y se lavamos bien, dejándolas escurrir.
En el fondo de una cazuela de barro, ponemos un cuarto de la cebolla en juliana. Cortamos las patatas en rodajas y las colocamos sobre la cebolla. Sobre ellas se pone otro 1/4 de la cebolla y medio tomate picado.
En el fondo de una cazuela de barro, ponemos un cuarto de la cebolla en juliana. Cortamos las patatas en rodajas y las colocamos sobre la cebolla. Sobre ellas se pone otro 1/4 de la cebolla y medio tomate picado.
Tomamos una xouba con la mano derecha y la doblamos a la mitad. Con la mano izda. apretamos en la zona doblada hasta que se parta la espina del pescado. Y hacemos eso con todas las xoubas.
Vamos colocando las xoubas todo alrededor de la cazuela y sobre las patatas. Resulta muy curiosa esta forma de doblar el pescado, con ello, conseguimos que la salsa penetre mejor en el interior de la xouba y ésta a su vez, desprenda su sabor e impregne la salsa.
Seguimos llenando la cazuela para finalmente, poner el resto de la cebolla y el tomate por encima así como las hojas de laurel.
Ponemos (200 ml. aprox.) de aceite de oliva, la sal y el pimentón dulce y se baña la preparación con esta mezcla.
Ponemos la cazuela al fuego y cuando empiece a hervir, le ponemos el vino blanco. Sería perfecto un alvariño o un godello, pero cualquier blanco joven servirá.
Dejamos cocer agitando la cazuela de vez en cuando, hasta que las patatas estén blanditas pero todavía enteras.
Es un plato sencillo y casero, muy tradicional en Galicia y el resultado es simplemente delicioso....
Esta receta parece ser de una tal Pilar Lechuza, según dice ella; aunque es un guiso que hace en Galicia todo el mundo. Algunos se creen que han inventado la pólvora. Es como si alguien se enfada por poner la forma de hacer una tortilla de patata... Y siguen empeñados en proteger no sé qué derechos... Vamos, con la polémica que hay sobre toda la cultura, ellas se creen inventoras de una receta popular. Penoso.